Solo en el Hospital Abu Ali Sina de Mazar i Sharif, al que MSF aporta apoyo, se han evaluado más de 366.000 pacientes desde 2023, se ha atendido a 8.477 niños y niñas y a 17.853 neonatos en cuidados intensivos. A diario llegan menores con sarampión, neumonía, desnutrición grave y otras enfermedades tratables cuyo pronóstico depende de una llegada oportuna; el aumento sostenido de casos está llevando al límite la capacidad hospitalaria, según la organización.
Según testimonios recogidos por MSF, Farzana Ismail, madre de Umar, relató que cuando su hijo contrajo sarampión presentó fiebre muy alta y pudo haber perdido la conciencia si no se le hubiera atendido a tiempo. “Todos los tratamientos eran gratuitos desde que lo trajimos a la sala infantil del hospital apoyado por MSF en Mazar i Sharif”, afirmó. En Maymana y luego en Mazar i Sharif, el gasto de tratamiento anterior osciló entre 10.000 y 15.000 afganis (aproximadamente 150-225 dólares) y unos 3.000 afganis (unos 45 dólares USD) antes de acudir a la sala infantil del hospital financiada por MSF.
En la región de Balkh, al norte de Afganistán, el acceso a atención médica gratuita y de calidad continúa siendo un desafío urgente que afecta a millones de personas. MSF señala que, pese a la necesidad de sistemas sanitarios sólidos, comunidades y familias enfrentan barreras para acceder a servicios esenciales en todos los niveles, desde atención primaria hasta tratamientos especializados, incluida salud reproductiva, inmunización, salud mental y derivaciones médicas cruciales. Estas carencias pueden tener consecuencias profundas para la salud de la población.
La organización señala que sus equipos observan una necesidad urgente de un apoyo integral para reducir muertes evitables y mejorar la salud general, incluyendo mejoras en infraestructura sanitaria y fortalecimiento del personal médico, además de abordar barreras socioeconómicas y culturales que limitan el acceso de las familias a la atención sanitaria. MSF indica que las brechas en el sistema aumentan el riesgo de enfermedades y muertes prevenibles, como neumonía, diarrea y desnutrición, que siguen afectando especialmente a niños.
MSF detalla barreras para acceder a la atención médica, citando problemas de infraestructura y costos. “Primero llevé a mi hija Asma a médicos privados en Dawlatabad, luego a Maymana y después a Andkhoy; no mejoró, y al llegar a Mazar i Sharif los medicamentos le ayudaban por pocos días”, relata Ayesha, madre de Asma. “Hemos gastado entre 5.000 y 6.000 afganis en su tratamiento”.
La región carece de recursos suficientes y muchos centros de salud están saturados. Se describen salas abarrotadas, esperas largas y personal sobrecargado, con servicios de salud para distritos rurales alrededor de Mazar i Sharif suspendidos o cerrados por recortes de financiación. Las familias deben viajar largas distancias y pagar transporte, lo que afecta especialmente a mujeres en trabajo de parto, pacientes con enfermedades crónicas y niños con afecciones agudas. La falta de sistemas eficientes de derivación y dificultades de transporte agravan el acceso a atención especializada, según MSF.
En agosto de 2023, MSF comenzó a apoyar el Hospital Abu Ali Sina en Mazar i Sharif en colaboración con el Ministerio de Salud; la intervención busca fortalecer la capacidad de atención especializada infantil, incluida la unidad de cuidados intensivos pediátricos (PICU), la unidad de cuidados intensivos neonatales (NICU) y la sala de aislamiento para sarampión, además de la sala de emergencias para menores de 14 años. Estos esfuerzos, según la organización, tienen como objetivo mejorar la calidad de la atención crítica y reducir la mortalidad infantil y neonatal.
MSF indicó que su apoyo cubre de forma continua la PICU, NICU y salas neonatales, junto con medidas de preparación ante emergencias. Después del terremoto del 3 de noviembre de 2025, que afectó Mazar i Sharif, la organización y el Ministerio de Salud activaron un plan de respuesta y donaron suministros médicos para la comunidad y para el Hospital Regional Abu Ali Sina, a fin de garantizar tratamiento oportuno para los heridos.
Entre los dos años de implementación del proyecto, MSF reporta un aumento significativo de pacientes, con una media de unos 3.000 menores evaluados por semana. A su llegada, los pacientes se clasifican por gravedad mediante un sistema de triaje por colores (rojo, amarillo y verde). Los niños y neonatos en estado grave reciben intervenciones inmediatas; los casos moderados son evaluados y tratados de forma prioritaria; los clasificados como amarillo o verde son derivados para seguimiento en el Departamento de Salud. La NICU tiene 154 camas, la PICU 38 y la sala de aislamiento para sarampión 28 camas; la alta demanda suele implicar colocar más de un niño por cama.
MSF señala que muchos pacientes llegan en estado crítico por sarampión, neumonía o desnutrición grave, y que, solo en octubre, el equipo admitió 1.211 pacientes en PICU y NICU y 95 en la sala de aislamiento para sarampión. Entre 2023 y la fecha, la organización indica haber evaluado 366.002 pacientes, brindado atención a 8.477 menores de 14 años, 17.853 neonatos en cuidados intensivos y 122-143 casos en la sala de emergencias, además de 6.417 atenciones en la sala de aislamiento para sarampión.
Cuando los niños son hospitalizados, sus familiares suelen permanecer con ellos para brindar apoyo emocional; MSF señala que sus equipos trabajan con los cuidadores a través de educación sanitaria y actividades psicosociales para ayudar a comprender el tratamiento y promover prácticas de higiene para prevenir infecciones. La entidad también implementa medidas de prevención y control de infecciones en todo el hospital y, entre otras acciones, construyó una lavandería totalmente equipada para reforzar estas prácticas.
En los últimos meses, la combinación de recortes de fondos y un incremento de pacientes ha ejercido presión sobre los servicios de salud. MSF afirma que, si bien no se ve directamente afectada por los recortes gracias a su financiación independiente, mantiene su compromiso de ofrecer atención vital y abogar por una financiación sostenida para asegurar que los pacientes reciban el tratamiento necesario. La organización considera esencial mantener la inversión de entidades humanitarias e instituciones internacionales para preservar la calidad del servicio, proteger al personal sanitario y salvaguardar la salud de los niños.